Dentro de un barrio clásico en el centro de Santiago, en la esquina de las calles Vergara con Domeyko, se emplaza este nuevo concepto, cuyo fundamento principal es el esparcimiento colectivo, un edificio equilibrado y compacto, de 9 pisos de altura, coronado por una cubierta habitable. La relación con la ciudad y su entorno está dada desde su primer nivel, vinculado al contexto de fachadas continuas del sector, nutriendo al barrio con comercio y arte por medio de 7 locales y un mural exterior en el hall de acceso.